Islas de la Bahía

Donde la Naturaleza y la Biodiversidad se Encuentran con el Caribe Hondureño

Las Islas de la Bahía, situadas en el Caribe hondureño, son un tesoro natural conformado por Roatán, Útila y Guanaja, además de varios cayos menores. Estas islas albergan una rica biodiversidad marina y una vibrante mezcla cultural con influencias afro-caribeñas, garífunas e inglesas. Sus arrecifes de coral, manglares y demás ecosistemas marino-costeros son vitales para la protección contra tormentas, el sustento económico mediante la pesca y el turismo, y el equilibrio ambiental de la región. La conservación de este paraíso natural es un esfuerzo constante de las comunidades locales y organizaciones ambientales, quienes trabajan para preservar este patrimonio para las generaciones futuras.

 
0 K+

Hectáreas prrotegidas

0

Especies de fauna protegidas

0 Km 2

De arrecife de coral

Roatán

Créditos: IHT
Créditos: IHT

Roatán, la isla más grande de las Islas de la Bahía, se extiende en el mar Caribe a 65 kilómetros de la costa norte de Honduras, con una longitud de 77 kilómetros y un ancho máximo de 8 kilómetros. Esta isla se divide en dos municipios: Roatán y José Santos Guardiola. El municipio de Roatán tiene una extensión de 82.8 km² y alberga el 69.6% de la población de la isla, mientras que José Santos Guardiola, con 58 km², concentra el 16.1% de los habitantes (ICF, 2022).

La historia de Roatán es un vibrante reflejo de su diversidad cultural. En abril de 1797, los negros caribes llegaron a la isla, estableciéndose en el área de Port Royal, lo que añadió riqueza a la identidad de la isla. Hoy en día, Roatán es un crisol de culturas, donde la influencia garífuna, británica y criolla se mezcla en su lengua, tradiciones y gastronomía, creando una atmósfera única que atrae a visitantes de todo el mundo.

Roatán es conocida por su riqueza natural y biodiversidad, en particular por sus arrecifes coralinos, que abarcan 638.93 km² y la posicionan como un destino privilegiado para buceo y esnórquel en el Caribe. La barrera de coral que rodea Roatán alberga una diversidad de vida marina asombrosa, incluyendo tortugas, rayas, tiburones y peces tropicales de colores vivos, todos esenciales para el ecosistema y la economía de la isla, que depende del turismo y la pesca.

Además, José Santos Guardiola abarca la isla de Santa Elena, declarada sitio Ramsar en 2018 por su importancia internacional. Santa Elena, con un humedal arbolado, arrecifes y praderas de pastos marinos en 1,543 hectáreas, es un santuario para muchas especies marinas y un soporte clave para la biodiversidad.

Utila

Diver photographing whale shark
Créditos: BICA

La isla de Utila, la más pequeña de las tres islas principales de las Islas de la Bahía en el mar Caribe de Honduras, se encuentra a unos 32 km al noroeste de la ciudad de La Ceiba, contando con una extensión territorial de 44.6 km² (Asociación de Municipios de Honduras, 2012). Rodeada de aguas cristalinas, Utila es un tesoro de biodiversidad y cultura. Su territorio alberga una notable variedad de ecosistemas, incluyendo arrecifes de coral que forman parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano. La isla está dominada por manglares y vegetación de pantanos (Canty, Sin año).

Se reconoce el Sistema de Arrecife Mesoamericano como un área prioritaria por su alta importancia biológica, la conectividad de la ecorregión, y por contener muestras representativas de hábitats intermareales, insulares y oceánicos, así como una variedad de gradientes batimétricos (BICA-MarFund, 2016).

Los ecosistemas característicos de Utila son hogar de una rica diversidad de flora y fauna, incluyendo algunas especies en peligro de extinción, tales como las tortugas marinas Caretta caretta (tortuga cabezona), Chelonia mydas (tortuga de mar verde) y Eretmochelys imbricata (tortuga carey), así como aves, peces y reptiles. También es refugio de numerosas especies endémicas terrestres y marinas. Por su importancia ecológica, en 2013 se le reconoció como el Sitio Ramsar Nº 2.134 (Ortega, 2014).

En las últimas décadas, la isla ha experimentado un rápido crecimiento en el turismo de buceo, atrayendo a visitantes de todo el mundo que buscan explorar los arrecifes de coral. Este desarrollo económico ha puesto presión sobre los recursos naturales, especialmente los manglares y los arrecifes, lo que ha llevado a la creación de áreas de conservación clave como las Zonas de Protección Especial Marina y el Refugio de Vida Silvestre Turtle Harbour. Estas iniciativas buscan asegurar que la riqueza natural de Utila sea preservada para las futuras generaciones. El arrecife de coral y los ecosistemas asociados deben gestionarse si Utila quiere seguir basando su economía en el turismo de buceo (Canty, Sin año).

En cuanto a las actividades turísticas, Utila ofrece múltiples opciones sostenibles como buceo, esnórquel y caminatas ecológicas. Los visitantes pueden disfrutar de sus playas, explorar sus áreas protegidas como Raggedy Cay y Turtle Harbour, y descubrir el ecosistema diverso que hace de Utila un sitio esencial para la conservación y el turismo de naturaleza en el Caribe.

Guanaja

Créditos: IHT
Créditos: IHT

Guanaja, también llamada “La Isla Verde” por su densa vegetación y sus característicos pinos caribeños (Pinus caribaea), se encuentra a 70 km de la costa norte de Honduras, con una extensión de 50 km². Esta isla destaca por su valor histórico, ecológico y cultural: fue aquí donde Cristóbal Colón desembarcó en 1502, llamándola “La Isla de los Pinos”, y marcando el inicio de la exploración de las Islas de la Bahía y de Honduras. Sin embargo, los vestigios arqueológicos en Plan Grande indican la presencia de asentamientos mayas desde el año 600 a.C., revelando una historia que precede la llegada europea (ICF, 2022).

Guanaja es un tesoro de biodiversidad en el Caribe. Sus aguas cristalinas albergan ecosistemas diversos, como humedales intermareales, manglares, playas de arena blanca, praderas marinas y arrecifes coralinos. La isla también cuenta con microcuencas que desembocan en el mar, aunque carece de grandes ríos y deltas. Estos ecosistemas sustentan numerosas especies de relevancia ecológica y comercial, incluyendo el caracol reina (Lobatus gigas), la langosta espinosa (Panulirus argus) y pargos.

Guanaja también alberga especies en peligro, como las tortugas cabezona (Caretta caretta), carey (Eretmochelys imbricata) y laúd (Dermochelys coriacea), y el cocodrilo americano (Crocodylus acutus), junto con especies de aves endémicas como la lora nuca amarilla (Amazona auropalliata caribeae) y el tiburón cabeza de martillo (Sphyrna sp.), una especie en estado crítico (ICF, 2021).

Comprometida con la protección de su biodiversidad, Guanaja cuenta con dos Zonas de Recuperación Pesquera (ZRP): Michael Rock en el norte y Long Reef en el sur, áreas que ayudan a conservar sus recursos marinos. La isla fue designada sitio Ramsar en 2021, reflejando su relevancia como ecosistema único. Además, Guanaja limita en algunas zonas con la Reserva Forestal Guanaja No. 3, una reserva que conecta y amplía la protección de sus hábitats terrestres y marinos en conjunto con el Parque Nacional Marino Islas de la Bahía (PNMIB).

La comunidad de Guanaja se concentra principalmente en Bonacca, un islote frente a la isla principal, caracterizado por sus casas sobre el agua y sus estrechas calles. La mayoría de los habitantes hablan inglés criollo, reflejando su herencia cultural anglófona. La economía local se basa en la pesca y el turismo, este último impulsado por los paisajes y la biodiversidad de la isla. Guanaja, con su riqueza natural y cultural, se destaca por los esfuerzos de su comunidad y de organizaciones ambientales que trabajan para conservar su ecosistema único y promover un desarrollo sostenible.

Parque Nacional Marino Islas de la Bahía

Oficinas

Información

Galería

copyright 2025 Parque Nacional Marino Islas de la Bahía all right reserved